El Delegado del Gobierno visita la Iglesia de la Encarnación

El Alcalde de Bailén, Luis Mariano Camacho, junto con el Delegado del Gobierno, Jesús Estrella, han visitado esta mañana la Iglesia de la Encarnación de Bailén para conocer el desarrollo de las obras que se desarrollan en este edificio para evitar problemas de humedad relacionados con los frescos que hay en esta iglesia datados entre finales del siglo XV y principios del XVI.

“La importancias de estos frescos he merecido que sean incluidos en las ayudas que la Junta ofrece para su conservación, mantenimiento y puesta en valor”, explicaba Estrella durante la visita. El Delegado del Gobierno y de Cultura continuó señalando que esta obras “es una joya y por lo tanto un atractivo patrimonial y turístico para el municipio, de ahí nuestra obligación por conservar este patrimonio”.

Durante su visita aprovechó para dar a conocer que ya se ha realizado el proyecto de estudio diagnóstico de la situación en que se encuentra la fachada barroca de la iglesia de la Encarnación, “un proyecto fundamental que es imprescindible para poder intervenir en un Bien de Interés Cultural, ya que es necesario conocer las patologías y situación real para desde ahí articular las mejores medidas para su puesta en valor”.

Estrella considera que estas actuaciones son “pequeños pasos con los que contribuimos a que Bailén conserve, mantenga y ponga en valor su patrimonio arqueológico, histórico, artístico y cultural y también parte importante de la historia de Bailén.

Por su parte el Alcalde de Bailén resaltó el compromiso de la Junta con los problemas de Bailén “una ciudad milenaria y cruce de caminos en la que se cuidado poco el Patrimonio”. Por ello señaló que desde el principio el gobierno local se preocupó por poner en valor el patrimonio bailense, como se demuestra en las actuaciones realizadas en la huerta de Arteaga o en la de Don Lázaro y ahora aquí en la Iglesia de la Encarnación”.

Camacho llamó a la Junta de Andalucía y al Obispado para que trabajen de forma conjunta en la restauración tanto del fresco como de la portada barroca de la Iglesia de la Encarnación, haciendo referencia al mal estado en que se encuentra esta última.